Sobre mi técnica

MANERA NEGRA

La MANERA NEGRA o mezzotinta es una técnica de grabado que suele atribuirse al soldado alemán Ludwig von Siegen, quien comenzó a elaborar planchas con este método hacia 1642, todavía en vida Rembrandt. La moda pronto pasó a Inglaterra donde tuvo un gran auge como medio de reproducción de obras famosas. Es el motivo por el cual se la conoce en Europa como grabado a la Manera Inglesa.

 

La herramienta básica que se utiliza es el graneador, pero tal y como lo conocemos hoy en día no se perfeccionó hasta el siglo XIX. Lo habitual hasta entonces era que las planchas se preparasen con una cantidad de herramientas variadas, en general inventadas por el propio grabador, como ruletas, rodillos, limas, etc., con las que se actuaba por las zonas que se estimaban que serían negras totales, insistiendo menos en las zonas que quedarían más claras en la estampa final. El uso de la plancha graneada por completo y uniformemente negra realmente no se generalizó hasta más tarde.

 

El uso de esta técnica como medio de reproducción tuvo su auge entre los siglos XVII y XIX. El material usado principalmente en la matriz solía ser el cobre que comenzó a ser sustituido por el acero suave durante la primera mitad del s. XIX. En el auge de dicha técnica destacó la figura de David Lucas quien llevaba a cabo grabados a partir de pinturas de John Constable(S. XIX). Dicho método llegó a grados de perfección técnica incomparables con John Martin (Siglo XIX) o Yozo Hamaguchi (S. XX). Sin embargo, dicha técnica se dejó de usar a medida que se iba generalizando el uso de la fotografía y otros métodos de reproducción.

 

La Manera negra es método directo, es decir en la que no intervienen ácidos, y tonal, que se encuentra en las antípodas de otras técnicas lineales como puede ser el buril. Es inversa al resto de técnicas ya que parte de lo oscuro hacia la luz, cuando habitual es que la imagen final sea resultado de añadir líneas de lo blanco hacia lo oscuro. En la manera negra destacan la calidad de sus negros, y el secreto de esta intensidad reside en la calidad del graneado que se efectúa sobre la superficie lisa de la plancha metálica. El graneado consiste en una serie de diminutas e infinitas indentaciones repartidas por toda la superficie de la plancha generadas con el graneador. Cada una de ellas posee una rebaba pequeña que al igual que en el grabado a la punta seca, se encargará de recoger latinta a la hora de la estampación.

 

El graneado se efectúa manteniendo el graneador vertical y haciéndolo oscilar sistemáticamente sobre la superficie de la plancha metálica. Actuaremos con esta herramienta a lo largo de líneas rectas muy juntas, horizontales, verticales y diagonales. Se estima que se trabaja en un total de 32 direcciones. Si tras llevar a cabo correctamente la operación de granear una plancha por completo, la entintásemos y la estampásemos, obtendríamos una estampa completamente negra, de un tono aterciopelado y uniforme. Una vez así preparada la plancha, procedemos trabajando desde lo oscuro a lo claro, para lo cual son imprescindibles dos herramientas que conocemos con el nombre de rascador y bruñidor. Con el rascador eliminaremos las rebabas efectuadas en el proceso de graneado de todas aquellas zonas que no deseemos negras. Posteriormente, con el bruñidor, alisaremos aquellas zonas que deseemos muy claras o blancas con lo que iremos sacando diferentes gradaciones tonales por toda la superficie de la plancha.

 

Podemos concluir diciendo que la Manera Negra es una técnica tediosa y lenta que requiere de mucha paciencia y tiempo en su proceso de elaboración, tanto en la preparación de la plancha como en lo referido a conseguir los blancos y los diferentes tonos de grises, motivo por el que pocos artistas se aventuran a utilizarla. MC Escher, por ejemplo, la abandonó tras sus tentativas iniciales por lo fastidioso de su ejecución. Por ello, para facilitar esta ardua labor de graneado, y después de bruñido y pulido, hay quienes emplean una «Falsa Manera Negra», que consiste en lograr el negro general de la plancha mordiéndola al aguatinta.